Le aseguro que después de leer este escrito querrá saber mucho más de él, ya que este hombre podría vivir en la misma ciudad que usted, en la misma calle e incluso en el mismo edificio. Tiene que poner atención por si lo viese. Abra bien los ojos. Es escurridizo y podría escapársele.
No se deje engañar por su edad, por sus anteojos o por su escaso pelo. Él siempre está armado. Una brocha y un cubo de pintura lo acompañan, pinta por aquí y por allá, como si quisiera darle color al mundo. Gilberto Aceves Navarro ha pasado su vida dando pinceladas.
Los recintos artísticos de México, Argentina, Estados Unidos y España, fueron los guardianes más celosos de su obra. Su éxito está basado en una sencilla premisa: observar. “Desde niño acostumbraba a ver las cosas excesivamente, a mirarlas con fijeza hasta que se fundían”.
En 1950 entró a la Escuela de Pintura y Escultura, La Esmeralda. Grandes artistas le entregaron sus conocimientos sobre la forma, la línea, la perspectiva, el color… aunque quizás, ninguno de sus tutores le brindó tanto como David Alfaro Siqueiros a quien ayudó a pintar los murales de Rectoría en la UNAM.
Energía dirigida (1957) fue su primera exposición, se montó en la Galería Nuevas Generaciones del INBA. Un nuevo talento surgió, ya que desde ese momento Aceves Navarro no paró de sorprender los ojos de sus espectadores, hasta el 2008, cada año recibieron un regalo de su parte: una nueva obra.
Solo o acompañado, en un museo o en la calle, el pintor dejaba sus cuadros a la vista de críticos y admiradores. Sus temáticas: mujeres, niños, animales, retratos, fusilamientos, entre otros. “Desde que era niño me encantaba saber cómo eran las niñas, les levantaba la falda. Me corrieron de varias escuelas.”
Hoy, este artista vive en algún lugar de la Ciudad de México, se dedica a reinventar la realidad, pues según su punto de vista, es éste el verdadero oficio de un pintor. Entre sus cuadros más importantes se encuentran Retrato de Benito Juárez (2006), Adán y Eva según Rembrandt (2006), Las gordas en la playa azul (2004), Las gordas en la playa roja (2004), Niños del mundo (2004), La guerra y la paz (1996), El perro en las estrellas (1987), por mencionar algunas de entre muchas.
“La intención de crear algo es peligrosa, pero es a través de la pintura que he aprendido de la vida. Eso me enseñó Siqueiros, a lanzarme”, Giberto Aceves Navarro, México D.F, 1931.
¡Se busca! Sí lo ve, ponga atención a sus manos, no vaya a ser que le deje un recuerdo en la frente o rastros de pintura en la ropa.
Texto por: Lluvia Marina Lozano.