Comer es una forma diferente de ver el mundo. Los sabores, texturas y olores, complementan un viaje que sobrepasa nuestra ubicación, el lugar que ocupamos. Oaxaca es un paraíso, su belleza deja maravillados a sus visitantes. Mas, su comida no puede pasar inadvertida.
En Atrápalo queremos que comas bien, por eso hoy te presentamos 5 restaurantes imperdibles alrededor del centro histórico de esta magnánima ciudad. ¡Aquí vamos!
- Itanoni es un sitio sencillito, fresco y muy tradicional. Se rumora que es el favorito del famoso pintor, Francisco Toledo. Es ideal para un buen desayuno. La base de todos los platillos: enchiladas, quesadillas, chilaquiles y de más, es masa de maíz. Está en la colonia Reforma.
- La Teca está en la colonia Reforma, a tan sólo 3 kilómetros del centro de la ciudad. Es un restaurante bonito, tranquilo y con excelente gusto culinario. Sus platillos están basados en la cocina tradicional oaxaqueña, saben a tierra y a campo, pero sus porciones estilo gourmet hace que uno no se exceda y que se quede con el mejor sabor en el paladar. Lo recomendamos para comer.
- Casa Oaxaca es perfecto para una cena familiar o para una velada romántica. Está en el mero centro de Oaxaca, frente a la gloriosa iglesia de Santo Domingo. El lugar tiene una terraza bellísima desde donde se puede disfrutar del clima y observar las coloridas calles. La elegancia de su cocina, aunada a su refinado sabor oaxaqueño, brindan a los comensales una experiencia única e imperdible.
- Luvina es modernidad y buen gusto. Está dentro del perímetro del centro histórico, más cercana al barrio de Jalatlaco. Su cocina fusiona la comida tradicional con las tendencias globales. Es tan delicadamente preparada que se le llama “cocina de taller”. Su chef Carlos García, quiere llevarse de viaje a tu paladar. ¡Tienes que probar su menú de degustación!
- La Popular. Su nombre lo dice todo. Este restaurante-bar ofrece a sus visitantes un excelente ambiente. No importa si van solo o acompañados, la pasaran increíble y seguro que conocerán a alguien más. El lugar tiene mesas personales y mesas comunitarias. Su gran éxito es que siempre tendrás un mezcal en la mano. Y si tienes hambre, prueba las especialidades del anfitrión, siempre sujetas a cambios, deliciosas pero espontaneas muestras del sazón oaxaqueño. Está a dos calles de Santo Domingo, en el centro.